Presentamos en este artículo los resultados del gran pilar del colegio: La Formación Humana y Cristiana. El colegio se marca el 8 como nota a conseguir. En este caso se ha superado ampliamente con una nota de 8,57.

En este bloque, se incluyen los ítems de Formación Humana en Valores, El Ambiente y Convivencia del Centro, así como La Formación Cristiana y la atención espiritual. En todos ellos tras tres cursos de bajada en la valoración de las familias se obtiene un repunte significativo, volviendo a situar este aspecto de la formación de los alumnos en altos niveles de valoración y satisfacción por parte de las familias.

Diversos planes de mejora se han implantado en el colegio en estos últimos cursos que han contribuido a la mejora de estos aspectos:

En primer lugar, el ámbito de la formación humana en valores cabe destacar la implantación del proyecto de Adolescentes con Personalidad en Secundaria y Bachillerato, y en Primaria, un proyecto interno denominado Líderes del S. XXI. Con ellos se trata de ayudar a los alumnos a reflexionar y cuestionarse las cosas. Trabajan desde la identidad digital a otros valores sociales y cívicos, pretenden desarrollar y formar a los alumnos en valores y virtudes en función de la edad en la que se encuentran, con un material dinámico y motivante para ellos.

Otras actuaciones implantadas recientemente, entre otras, son: el programa de Educación de la Afectividad y Sexualidad desarrollado en los cursos pares, la participación anual en el Congreso Lo que de Verdad Importa para alumnos de Bachillerato, o las acciones de solidaridad en especial el Programa de Acompañamiento a Personas Mayores para alumnos de ESO y Bachillerato, desarrollado durante tres días a la semana durante todo el año.

Por otra parte en cuanto a la formación cristiana y atención espiritual, La Capellanía, además de preparar a los alumnos para los sacramentos de la Confesión, Comunión y Confirmación, aporta con las pláticas y la atención personalizada un complemento para la formación espiritual de los alumnos, respetando siempre la libertad de cada uno y potenciando el enfoque cristiano de las virtudes.

Por último el ambiente de convivencia y disciplina. La disciplina es una oportunidad educativa que se nos presenta tanto a docentes como a padres. Reforzar los principios del respeto, responsabilidad y autocontrol son claves para formar ciudadanos ejemplares. La creación de nuevos protocolos de actuación, que unifican criterios facilita la asunción de responsabilidades por parte de los alumnos, la actualización de los reglamentos de convivencia y la formación del profesorado en la resolución de conflictos han sido los tres puntos de acción sobre los que se ha cimentado la mejora en este apartado.

El objetivo es seguir creciendo, mejorando y afianzando algunas prácticas y medidas para formar cristianamente a nuestros alumnos como personas humanas, libres y responsables.