Durante todo el año, los alumnos a partir de 3º de ESO han ido acudiendo 2 veces por semana a la Residencia Nuestra Señora del Pilar de Nalda para acompañar a las personas mayores. Hiciera frío o calor, lloviese o no, los alumnos iban allí durante su descanso. Al final, la impresión de todos ellos es la misma: Hemos recibido más de lo que hemos dado. Este es ya el cuarto año que venimos realizando esta actividad solidaria y de voluntariado. Después de tantos meses y de tanto contacto la despedida se hizo amarga. El cariño es mutuo y tanto nuestros chicos como los ancianos esperaban con ansia los miércoles y viernes para acudir allí.

Como no somos muy de despedidas, pues continuaremos el curso que viene, realizamos un sencillo acto en el que invitamos a todos los alumnos que han participado en el programa de voluntariado. El resultado fue que nos desplazamos tres profesores con más de 15 alumnos.

Fue una sesión un tanto distinta a las que realizamos habitualmente; primero por el número de personas que nos desplazamos (normalmente lo hacemos en grupos de 4 o 5 para no alterar mucho el día a día de la Residencia), y segundo por el ambiente que se generó. Fue una actividad muy emocionante donde se intercambiaron jotas, poemas, dichos populares, besos, abrazos,… Todo ello mientras compartíamos un delicioso bizcocho hecho por Marian y unos zumos a los que nos invitaron las monjas de la Residencia.

Sirvió para demostrar, una vez más, que este tipo de actividades merece, y mucho, la pena y que una hora a la semana no nos supone nada en comparación con todo lo que recibimos a cambio ¡El curso que viene volveremos con más ganas si cabe!