La pasada semana, los alumnos de 4º de ESO disfrutaron de tres días de convivencias en Biescas (Huesca). Orientadas a la preparación para la Confirmación, hubo tiempo también para el ejercicio físico.


Salimos el miércoles 22 de enero en sendas furgonetas, dirección a Biescas. A mitad de camino, paramos a hacer una visita guiada a la iglesia de San Juan de la Peña, muy peculiar al estar insertada en la roca y fuente de diversas leyendas. Antes de llegar a nuestro destino, paramos a comer en Jaca y pudimos dar un paseo cerca de su ciudadela.

 

Una vez llegados a Biescas, fuimos estupendamente recibidos en el albergue rural Tramasierras, lo que sería nuestro “cuartel general”. Habitaciones compartidas para los alumnos, un servicio de comida y de limpieza excelente y un impresionante paisaje pirenaico nos acompañaron durante toda nuestra estancia.
Tras descargar adrenalina jugando un igualadísimo partido de fútbol en el polideportivo del pueblo, entramos en la parte más reflexiva del día, con una sesión dirigida por don Javier Ramón, y un cineforum a través de la película “The ultímate gift” (El regalo definitivo), que nos hizo pensar a todos sobre el valor que le damos al dinero y a las posesiones materiales.

 

Al día siguiente, jueves, subimos a Panticosa a esquiar. Unos eran expertos ya, para otros era su primera experiencia. En cualquier caso, pasamos unas cuantas horas bien entretenidas y disfrutando de un buen día de nieve, esquíes, caídas y remontes.

Por la tarde tuvimos una sesión sobre la Eucaristía, dirigida por el sacerdote don Pedro, seguida de una misa. Después de cenar vimos un video muy curioso sobre la vida del papa Francisco antes de ser nombrado obispo de Roma.

Las malas noticias vinieron el último día. Las fuertes rachas de viento en Panticosa hicieron que la estación no abriese, de manera que no pudimos subir a esquiar. A cambio, nos fuimos a Jaca a probar suerte con otros deportes. Conseguimos echar otro partidillo de fútbol pero no encontramos disponible la pista de hielo, por lo que después de comer emprendimos el camino de vuelta a casa.

En resumen, disfrutamos de unas buenas jornadas en las que tuvimos la oportunidad de conocernos todos mejor, tanto entre nosotros como a nosotros mismos, gracias a los retos del esquí, las sesiones reflexivas y la propia convivencia.