Había mucho que celebrar. Queda lejano aquél septiembre en el que el colegio arrancaba con la incertidumbre de una pandemia. El esfuerzo y la colaboración de las familias y profesores, la facilidad y diligencia de los alumnos por acatar nuevas normas y el trabajo inconmensurable del personal de Administración y Servicios ha hecho posible un curso único.
Los alumnos de Primaria disfrutaron el último día lectivo de juegos tradicionales y el plato fuerte: una guerra de agua. Un momento que queda en la retina de todos los alumnos. Alegría desbordada por lo vivido y por la satisfacción de haber hecho bien las cosas. Nuestra más sincera enhorabuena a todos.
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