Miércoles, 23 de septiembre

Todos los días y en todos los centros escolares se repiten las mismas escenas, imágenes típicamente irlandesas a las que los alumnos se van acostumbrando. Al irnos aproximando a los colegios e institutos nos encontramos con las entrañables Lollipops, un ejercito de señoras voluntarias se despliegan por toda la ciudad, en las horas de entrada y salida de los colegios, para ayudar a los estudiantes a cruzar los pasos de cebra, velando por su seguridad. Hay que tener en cuenta que los niños recorren largas distancias para llegar a los colegios, y no son acompañados por los adultos.

Prácticamente todos los colegios en Dublín pertenecen a una porroquía, que suele estar situada junto al centro escolar, magnificos edificios que llaman nuestra atención, como este de St. Colmcilles.

Antes de entrar a los edificios que albergan las aulas encontramos las instalaciones deportivas donde nunca faltan los campos de fútbol gaélico con sus peculiares porterías mixtas entre el fútbol y el rugby.

Estos campos están siempre plagados de tréboles, uno de los símbolos nacionales de Irlanda.

Junto a la entrada principal del colegio no puede faltar el parking de bicicletas, ya que muchos alumnos cubren en este medio de transporte las largas distancias que les separan de sus domicilios.

Es muy común encontrarse en los pasillos diferentes proyectos realizados por el alumnado. Ya hemos podido ver expuestos algunos pertenecientes a nuestros alumnos. En el que veréis más abajo versa sobre paises hispanoparlantes.

Dentro de los centros suele haber pequeños establecimientos donde los alumnos pueden adquirir su almuerzo. En este caso, se encontraba en el hall del colegio.