María José Leciñana es antigua alumna de la decimoprimera promoción (AL-98) y médico de profesión. “Pepa”, como la recordamos en el colegio, destacaba por su carácter alegre y risueño, por ser muy activa y divertida, buena compañera y muy, muy trabajadora. Desde muy pequeña su meta fue ser médico y se esforzó hasta conseguirlo. Ha vivido en primera línea la Covid-19, de la que se contagió al inicio de la pandemia. Fue una de las tres personas que, en representación de todos los profesionales sanitarios, recogieron la Medalla de La Rioja, concedida por el gobierno regional. Habla del colegio con orgullo y agradecimiento y cree que los valores que le inculcaron le han ayudado a servir a la sociedad como persona y profesional.

 

¿Qué ha supuesto para vuestro colectivo la actual pandemia?

Un reto profesional muy importante y la constatación de que estamos en esta profesión por vocación y afán de servicio, porque hay profesiones que no se eligen solamente por contraprestación material o como un medio de vida. Nos ha supuesto un gran esfuerzo a nivel personal y profesional.

 

¿Crees que los ciudadanos somos conscientes de lo que está pasando?

Sinceramente, a veces pienso que no. Sí es verdad que todos estamos asustados ante algo que no conocemos, que no esperábamos y que ni podíamos sospechar que nos fuera a pasar porque estábamos seguros de que nuestra sociedad estaba a salvo de estas pandemias que más parecía el guion de una película futurista. En general, a excepción de los que les ha tocado vivir un caso grave en su círculo, la gente todavía no está concienciada de la gravedad del tema.

 

¿Cómo podemos de manera individual ser parte de la solución?

Pues, aunque es incómodo y no es la forma de relacionarnos que siempre hemos tenido y es la natural, si hubiésemos cumplido las tres reglas que nos habían marcado desde que se supo un poco más cómo actuaba el virus, igual no hubiesen sido necesarias algunas de las medidas tan drásticas que se han tenido que tomar para evitar los contagios y que tanto daño han hecho a la economía y han dejado sin trabajo a tanta gente: mascarilla bien puesta, distancia de seguridad e higiene y una más añado, restringir las reuniones familiares y de amigos que es donde se producen los contagios numerosos. Esto último es lo más duro, abuelos sin nietos, padres sin hijos, no pasar un buen rato con un amigo, pero es necesario.

 

¿Qué supuso para ti recoger la Medalla de La Rioja otorgada por el Gobierno regional en representación de todos los trabajadores y socios sanitarios?

Fue algo completamente inesperado y lo recibí con una gran responsabilidad y humildad, ya que yo sólo era la representante de todos mis compañeros. Podíamos haber sido cualquiera de nosotros, porque los primeros meses todos dimos un paso adelante y no hizo falta que nos pidieran nada porque todos estábamos dispuestos a hacer lo que fuera necesario para sacar la situación adelante.

Yo me contagié cuando todavía no atendíamos con mascarilla, o sea, la primera semana de empezar a ver casos. Aunque no estuve bien, tampoco fue un caso grave y, por eso, mientras me duró la enfermedad y en la cuarentena, pude trabajar desde casa. Como coincidió que era coordinadora de mi Centro de Salud, pues aún tenía más motivos para esforzarme y ayudar a mis compañeros. Así que, en cuanto me dejaron, me incorporé.

Hay que decir que al principio es como si nos hubiesen infundido fuerza, quizás había mucha gente empujando y pidiendo por nosotros. Pero, a medida que han ido pasando los meses, es verdad que esas fuerzas han empezado a flaquear un poco y esto está pasando factura en todos y, en ocasiones, nos sentimos exhaustos.

Pepa Leciñana, antigua alumna de Alcaste-Las Fuentes, recoge la Medalla de La Rioja.

 

¿Qué valores te aportó el colegio, que ahora te son útiles en tu vida personal, y cuáles en tu ejercicio profesional?

Siempre voy a estar agradecida a mi Colegio “Alcaste” por los valores que me aportó en mi niñez y en mi juventud. El espíritu de trabajo y del esfuerzo es vital para todo en nuestra vida y el afán de servicio es un complemento para ser una persona que sume en nuestra sociedad y en mi profesión, todavía más.

 

¿Por qué elegiste estudiar medicina?

Pues es algo que desde pequeña quería, en casa ya me advertían que no sería un camino fácil, has de estudiar mucho y muchos años para sacar la carrera, pero para ser un buen médico no vas a dejar nunca de estudiar, y así es, porque todavía sigo haciendo cursos y más cursos.

En la actualidad estoy pasando por un momento de bajón, está siendo muy complicado, estamos cansados y la carga de trabajo es enorme. La atención telefónica es un stress añadido, tienes que intentar diagnosticar si lo que te dice el paciente lo puedes solucionar en ese momento o ha de venir al Centro de Salud, con lo cual ya se duplica la consulta en algunos casos y luego te encuentras con pacientes que no quieren acudir presencialmente y otros que se quejan de que no los atiendes, en fin… Espero que esto pase y Dios me dé la fuerza que algunas veces me flaquea.

 

¿Crees que estudiar en un colegio solo de chicas influye en que elijan o no carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología o la matemática?

En absoluto. A mí en Alcaste me prepararon para poder acceder a la formación que yo eligiera y en la cultura del esfuerzo. Y en esto último me reafirmo, yo no era una niña que dibujaba algo en la pizarra y ya sabía lo que era cuando empezaba el trazo. He tenido que esforzarme y estudiar mucho para conseguir terminar mi carrera en su tiempo, aprobar el Mir y, cuando acabé, presentarme a las Oposiciones y sacarlas. En mi colegio siempre me han enseñado que con esfuerzo y dedicación se puede optar a lo que uno quiera ser en la vida. Y como yo, cientos de alumnas que han desarrollado carreras tan diversas como ingenierías, arquitectura, odontología, medicina, periodismo, grandes emprendedoras que han creado sus propias empresas, etc.

 

¿Cuáles serían los argumentos que darías a una persona que estuviera buscando colegio para recomendarle Alcaste – Las Fuentes?

Desde cuando yo estudié en Alcaste había un seguimiento personalizado y potenciaban tus aptitudes. El personal docente tenía una entrega total y había una relación estrecha con los padres. También entonces, teníamos la ventaja de que los grupos eran reducidos y siempre se han aplicado métodos vanguardistas en la enseñanza. Es un colegio que apuesta fuertemente por sus alumnos y les ofrece las mejores herramientas para conseguir, el día de mañana, lo que se propongan, refuerza los puntos fuertes del alumno y potencian y mejoran los más débiles. En resumen, trabajan la actitud y la aptitud.