Pocas épocas son tan propicias para trabajar en Science como el otoño. Una de las grandes ventajas que tiene nuestro centro es el estar rodeado de naturaleza y poder observarla con solo salir de clase. El contacto directo nos permite disfrutar y aprender en un entorno vivo y cambiante que ayuda a profundizar y asentar contenidos.

Nuestra última experiencia se ha centrado en la recogida de hojas y semillas de diferentes especies que están presentes en nuestro colegio (abedules, falsos plataneros, pinos piñoneros…) y compararlos entre sí para interiorizar el contenido de una forma más efectiva. Ayudados por la metodología TBL, estudiamos todos estos procesos. Así, nuestros alumnos son mucho más conscientes de los cambios que producen las estaciones, gracias al seguimiento de dichas alteraciones, como de las causas que las provocan y la repetición de dichos patrones a lo largo del tiempo.

Salir fuera del aula les brinda la oportunidad de interactuar con el medio. Este trabajo de campo, además, tiene su reflejo de nuevo en clase, donde el alumno organiza el material en función de la especie, color, forma, grado de descomposición y otra serie de patrones ya establecidos, trabajando además todo este conocimiento en inglés.