A lo largo de todo el curso, los alumnos de 3º de Secundaria en adelante han ido por turnos a la Residencia Nuestra Señora del Pilar de Nalda a visitar a los ancianos.

Siempre ocurre lo mismo. La experiencia tan enriquecedora quiebra los corazones de unos y otros. El cariño se palpa en el trato. Los ancianos miran por la ventana todos los miércoles y viernes esperando ver aparecer a los 4 alumnos uniformados y sonrientes que durante una hora les hacen compañía. Juegan y conversan y los lazos se estrechan.

Nuestros alumnos dan pero entre ellos coinciden que reciben más. Cuentan que no es fácil de explicar, pero aprenden de la generosidad y la sabiduría de los mayores y sobre todo les hace más solidarios. Se cumple la frase evangélica que dice que hay más alegría en dar que en recibir. Así se sienten, contentos y satisfechos, conscientes de que, con muy poco, son capaces de hacer felices a los demás y orgullosos, porque ellos también crecen y mejoran como personas.

El curso que viene volveremos y lo que esta semana eran lágrimas de alegría provocadas por la despedida, se convertirá en una nueva aventura enriquecedora.